Guerrero formó, durante el Período preclásico mesoamericano (2500 a. C. -200), una de las ocho regiones en que se dividió este territorio, contando además con importante presencia olmeca que dejó gran influencia en la cultura del estado, como la característica del "Hombre Jaguar"Otro rasgo esencial de la influencia olmeca fue el agrupamiento de las aldeas dispersas, la construcción de templos ceremoniales y el establecimiento de una organización política, cultural y religiosa administrada por sacerdotes que fueron asumiendo funciones de gobierno.
Otras culturas se asentaron en el estado, como la mezcala y los coixcas que llegó a los territorios del estado en el siglo VIII y que asimiló e incorporó a su estilo el modelo cultural teotihuacano en su cerámica; integró en algunos lugares el juego de pelota, que tenía un carácter ritual, e incorporó sus elementos artísticos a la escultura en piedra.
Para el siglo XIV, se encontraban ya asentados en el territorio de la entidad diversos pueblos con sus características culturales propias, conviviendo algunos de manera pacífica y otros en constantes conflictos bélicos. Entre los más importantes estaban los purépechas, cuitlaltecas, ocultecas y matlatzincos, en la Tierra Caliente; los chontales, mazatlecos y tlahuicas en la Sierra Norte; los coíxcas y tepuztecos en los Valles Centrales; los tlapanecos y los mixtecos en La Montaña; los Yopes, mixtecos y amuzgos en la Costa Chica, y los tolimecas, chubias, pantecas y cuitlaltecas en la Costa Grande.
En el estado de Guerrero habitaron Los Yopes, una tribu que nunca fue sometida por los aztecas, y fue conquistada hacia 1553 por los españoles y exterminada casi totalmente; en fecha de 2004, sólo quedan algunas pequeñas congregaciones de yopes.
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